la salvación es sin ninguna duda el camino de gracia que conduce a la vida eterna; es un camino de salvación, de justicia, de redención, de sacrificio, de santidad, de perdón y de amor; la salvación es un camino de fe; y la fe es como la luz que nos permite caminar con claridad, y lucidez, en medio de un mundo de oscuridad, la fe nos planta seguros y confiados, la fe es pura y bendita esperanza de la vida eterna, la fe es adoración pura para el Dios invisible, el Dios eterno, el Dios soberano, la fe no es de razón lógica; sino de lógica divina, la fe es evidencia y respuesta a lo inalcanzable, e inexplicable por el pensamiento y la razón del ser humano, la fe es un gemir de un alma sedienta, de un alma hambrienta de la justicia y la gracia del Dios todopoderoso, la fe es la respuesta gloriosa al llamado de la gracia salvadora, la fe es el estandarte del conocimiento de Cristo, y de la esperanza de la salvación. La salvación es una realidad en la vida de un pecador que ha sido bendecido por la gracia, el amor de Dios; y su gloriosa elección, la salvación es misericordia de Dios, es justicia de Dios, es santidad de Dios, y es una bendita eternidad en Cristo el salvador, la salvación es comunión por, y en el Espíritu de Dios; para gloria de Dios el Padre y su Hijo el Señor.
Oh Bendita Salvación, Oh Gloriosa Redención.
La salvación se oculta al pensamiento del hombre; pero brilla a la luz del pensamiento y voluntad de Dios.
Es un misterio divino envuelto en amor y gracia, una promesa eterna que trasciende el entendimiento humano. En la mente limitada del hombre, los caminos de la salvación pueden parecer ocultos, pero en los propósitos divinos, son claros y resplandecientes.
La Salvación es una obra que se ofreció al pecador por gracia, voluntad, y soberanía de Dios; antes de que el universo haya sido creado, y es también una obra perfecta, y un beneficio glorioso de redención; tanto así que los poseedores de la legítima fe salvadora, son una respuesta a la voluntad, soberanía, y elección de Dios, y pueden dichos beneficiarios sin ninguna duda; soportar cualquier dificultad, percance, desánimo, tentación, persecución, escasez, debilidad, etc. A fin de que la vida eterna sea un hecho real para todos los que han degustado de la gracia, y de la buena voluntad de Dios. Romanos 8:27-39.
Esta realidad de la gloria de salvación; cierra completamente la puerta del fracaso de la fe, de la apostasía, de la práctica del pecado, y el desánimo frente a la esperanza en cuanto a la redención; y la vida eterna. 1 Juan 2:23-25, 3:6-15, 4:1-6, 5:4, 11-20
Tres gloriosas verdades que definen el carácter de la salvación.
La Salvación es tan gloriosa, que es una obra eterna que lleva el sello de perfección, de justicia, y de santidad de Dios, ya que es la misma esencia de su perfección, la que satisface integralmente todas las demandas de lo que implica salvar a un pecador que está condenado por su mismo pecado. Hebreos 9:23-28.
La salvación en su gloria eterna se ocupa de que el pecador sea salvo de la condena; por la culpa de su pecado, constituyéndose como un creyente de fe; y en virtud de la experiencia de la gloria de la verdadera vida espiritual. (Regeneración) Pasado
También la salvación se ocupa, de que el creyente sea salvo del poder (dominio) del pecado que ejerce su naturaleza pecaminosa, obrando por la misma fe en Cristo; la palabra de Dios, y por el poder del Espíritu de Dios un caminar digno de un hijo santo de Dios. (Santificación) Presente
También la salvación se ocupa de que el creyente sea salvo de la presencia misma del pecado, quitándolo de en medio, a fin de que el creyente deguste de la plenitud eterna en un cuerpo glorificado, en unión con Cristo, y sin ningún vínculo, o sin ninguna relación con el pecado; esto en la misma gloria, y en la misma presencia del Dios santo y justo; eternamente y para siempre. (Glorificación) Futuro
Dicho esto, podríamos entonces abordar tres importantes características de la obra de salvación, su propósito en sí, sus implicaciones, y su alcance que trasciende la historia y el tiempo a fin de que la gloria de la salvación sea tomada como una doctrina que para conocerla en sí misma, es importante conocer todas aquellas doctrinas que la acompañan. Conocidas comúnmente como: doctrinas de la gracia.
Doctrinas de la gracia.
- El evangelio y la predicación.
- Doctrina de la salvación. Doctrina de la gracia.
- Doctrina De la redención. Doctrina de la soberanía de Dios.
- Doctrina de la elección. Doctrina de la predestinación.
- Doctrina del nuevo nacimiento. Doctrina de la justificación.
- Doctrina de la santidad. Doctrina de la santificación.
- Doctrina de la glorificación. Doctrina de la expiación.
- Doctrina de la reconciliación. Doctrina de la adopción.
- Doctrina de la fe. Doctrina del arrepentimiento.
- Doctrina del bautismo. Doctrina del Espíritu Santo.
- Doctrina de la vida eterna. Doctrina del libre albedrío.
- Las buenas obras del creyente.
Plenitud y carácter de la obra de salvación.
- Regeneración. Juan 3:3-5. Tito 3:5. Salvación del espíritu. (JUSTICIA) HECHOS 24:24-25
- Santificación. 1 Tesalonicenses 4:7-8. Romanos 6:22 Salvación del alma. (SANTIDAD) HECHOS 24:24-25
- Glorificación. Filipenses 3:20-21. 1 Corintios 15:51-54. Salvación del cuerpo.(JUICIO Y GLORIA) HECHOS 24:24-25
En cuanto al orden de la salvación, y las virtudes que caracterizan la manifestación de la gloria divina a favor del pecador; está siempre presente su conocimiento, propósito y voluntad, la gracia, la misericordia, el amor y la santidad de Dios, su fidelidad, soberanía, verdad, e inmutabilidad, y por su puesto su justicia; a si que dentro de esta gloriosa obra de redención, podríamos considerar la salvación como un acto Creativo, Formativo, y Definido.
a. ACTO CREATIVO
Regeneración. Efesios 1:13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa. Romanos 1:16-17. 4:1-11. 6:22. 15:13. 1 Corintios 1:17-18. Tito 3:4-8.
1. Oír el evangelio.
2. Creer en el evangelio
3. Ser sellados con el Espíritu Santo.
El evangelio es poder de Dios para salvar al pecador, no como un acto progresivo que se alimenta y se infunde al paso del tiempo, produciendo una conversión progresiva, si no que, con la gloria de su poder inherente, el evangelio proclama que la obra de salvación es primeramente un acto creativo, que con lleva al pecador a la experiencia del nuevo nacimiento, ser una nueva criatura, en donde el despertar del espíritu levanta su mirada del pecador hacia el Dios de misericordia, de gracia y de amor; en fe y arrepentimiento, una mirada sincera al Dios que ofrece el perdón de pecados, al Dios que reconcilia, y reviste de justicia al que es injusto por naturaleza; por medio de la imputación de la justicia y obra de Cristo, a fin de que el pecador sea perdonado, y adoptado como hijo; estableciéndolo ahora como un miembro mas de su familia, esta realidad creativa, es sellada y garantizada por la misma gloria de la presencia del Espíritu Santo en la vida del que ahora es considerado como un creyente de fe, en la obra y la persona de Cristo.
b. ACTO FORMATIVO.
Santificación. Efesios 4:21-24 si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. 1 Tesalonicenses, 4:1-8. 5:23-24. 2 Tesalonicenses 2:13-17. 2 Pedro 2:1-3. Hebreos 12:1-11. Tito 2:11-15.
1. Oír el evangelio.
2. Creer en el evangelio
3. Ser sellados con el Espíritu Santo.
4. Renovar el entendimiento.
5. Despojo del viejo hombre.
6. Asumir la nueva identidad de justicia, santidad y verdad en el Espíritu, por medio de la verdadera vida en santificación, y promulgación del Evangelio.
La salvación no solo es poderosa para el logro del nuevo nacimiento; si no que también por medio de la gloria del conocimiento de la obra de salvación, y el poder del Espíritu Santo; la salvación asume con toda su gloria la virtud de renovar, transformar, cambiar, y edificar al que ha nacido de nuevo; esto como un acto formativo, a fin de que se entienda de que el pecador que ha sido perdonado, y que degusta de una nueva vida en Cristo, partícipe de la gloria del alimento espiritual, que es la palabra de Dios, la cual lleva, soporta, sujeta, guía, y conduce al creyente a la experiencia de una verdadera vida en santificación, en otras palabras; la experiencia de la transformación de la personalidad, formando así un carácter semejante al de Cristo, según la justicia, el amor, y la santidad en la verdad del Espíritu Santo, para gloria de Dios el padre; en Cristo Jesús.
c. ACTO DEFINIDO.
Glorificación. 2 Corintios 5:1-5 Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu. Judas 1:24-25. 1 Corintios 15:49-58. Romanos 8:19-39. Efesios 1:-13-14, 4:30. 1 Tesalonicenses 4:13-18, 5:8-11. 2 Tesalonicenses 2:1-3.
1. Oír el evangelio.
2. Creer en el evangelio
3. Ser sellados con el Espíritu Santo.
4. Renovar el entendimiento.
5. Despojo del viejo hombre.
6. Asumir la nueva identidad de justicia, santidad y verdad, por medio de la verdadera vida en santificación, y la promulgación del Evangelio.
7. 8. Pleno entendimiento de nuestro impedimento temporal y terrenal; para el deleite de la gloria eterna. Pleno entendimiento de nuestra herencia celestial, los cuerpos glorificados, la resurrección de entre los muertos, los galardones de honra, y la experiencia de vivir eternamente en la presencia del Dios santo, y él Cordero justo y verdadero.
9. Plena confianza y firme certeza de la esperanza del pronto regreso de Cristo, mediante un ejemplar compromiso, y testimonio de vivir para la gloria de Dios, en Cristo Jesús, por medio de su Espíritu Santo.
La salvación también garantiza que las implicaciones del pecado no serán mas la causa de dolor, culpa, y angustia del alma regenerada, sino que por el contrario; la salvación como un acto definido promete con toda seguridad y eficacia; según la soberanía, voluntad y fidelidad de Dios, que todos los que hayan sido adoptados como hijos de Dios, por medio de la fe en Cristo, no experimentaran la ira de Dios, y que la presencia del pecado que opera en el cuerpo mortal, será quitado de en medio, a fin de que los hijos de Dios, aquellos que han degustado del don celestial de la salvación, sean bendecidos con cuerpos glorificados y eternos, cuerpos semejantes a la gloria del cuerpo de Cristo, cuerpos sin ninguna relación con el pecado, tanto para los que estén vivos y sean arrebatados, como para los que hayan muerto en Cristo y gocen de la gloria de la resurrección de entre los muertos; esto para deleite y experiencia de la gloria perfecta de la redención y su plenitud, que es en santidad, adoración, justicia, alabanza, amor puro, y gozo de la vida eterna.
CONCLUSIÓN.
En cuanto a la salvación, y las virtudes, o doctrinas que la acompañan, es menester de todo creyente; que se ocupe con temor y temblor en todo lo que implica el fortalecimiento de la fe, esto mediante el conocimiento de la obra y persona de Cristo, y la experiencia de una verdadera vida en comunión con el Espíritu de Dios, a fin de testificar públicamente con hechos reales de lo que implica la verdadera vida en Cristo, y la verdadera gloria de la fe, que es primeramente arrepentimiento para deleite de la justicia, y consecuentemente la esperanza gloriosa de la venida de Cristo para deleite y gozo de la vida eterna; una vida en donde se ha de experimentar la plenitud de la justicia, la santidad, el amor, y la verdad de la gloria del reino de Dios, y su eternidad.
Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. Filipenses 2:12-13